domingo, 28 de julio de 2013

Kenia, en palabras de keniatas: Cómo es la cuna de campeones?


Iten; un paraíso de entrenamiento en un país con mucha pobreza

Kenia. 37 millones de habitantes. La cuna de los más prodigiosos fondistas de los últimos años, junto con Etiopía.

Todos hablamos de los keniatas, de cómo corren, de cuánto corren, de cómo entrenan, de si corren descalzos o si lo hacen desde chicos para ir y venir de la escuela.

Pero casi todos los que hablamos de Kenia, nunca estuvimos allí. Ni en Nairobi, ni en Eldoret con sus magníficos campamentos de elite, ni en ningún lugar del Valle del Rift, semillero de innumerables medallas de oro.

Pero acá te dejo dos entrevistas a dos keniatas.


Una de ellas, al elite mundial Wilson Kipsang Kiprotich, segundo mejor tiempo en la historia del maratón (2:03:42), que participó hoy en la Media Maratón de Bogotá (y que a pesar de sus tiempos increibles y de su favoritismo, terminó 5º).

La otra entrevista es a Ishmael Langat, keniata residente en la Argentina.

Vale la pena leer ambas. Son breves, y cuentan con conocimiento de causa, cómo es vivir y correr en Kenia.



WILSON KIPSANG KIPROTICH: "Correr es un estilo de vida en Kenia" 

(Entrevista RESUMIDA de Diario "El Espectador", de Colombia)


Kipsang; segundo mejor tiempo mundial en Maratón

¿Cómo fue su preparación para la Media Maratón de Bogotá?

He entrenado muy fuerte por bastante tiempo y sobre todo en lugares de condiciones climáticas similares a las de esta ciudad, como Item, en Kenia, que está a 2.000 metros de altura.


¿Cómo es su alimentación? ¿Ha encontrado muchas diferencias entre la comida de Kenia y de Colombia?

En Kenia todo es más simple: té, pan, papas, mientras que aquí hay un bufet con muchas cosas (risas).


¿Y qué toma para celebrar?


Un vino de vez en cuando.

¿Cómo es un día corriente, fuera de las rutinas de entrenamiento?

Después de entrenar en las mañanas y en las tardes, suelo visitar a mis amigos, estar con mi familia. También dedico tiempo a los negocios; acabo de construir un hotel y eso demanda un poco de atención.


¿Qué tan cierto es que los kenianos son tan buenos atletas porque ancestralmente recorrían largas distancias en busca de agua?

Correr es un estilo de vida en Kenia, porque se usan los pies para buscar agua, ir a la escuela, jugar con los amigos y corretear animales. Ya cuando se decide dedicarse a la carrera de atleta, el entrenamiento es más específico.

¿Cómo es el apoyo del Estado en Kenia para los atletas, siendo un país que ha parido casi a los mejores del mundo?

Casi nulo.

¿Quién lo ha acompañado en esta ruta y lo ha ayudado a llegar a donde está?

Es un camino difícil. La ayuda se da más entre los mismos atletas; algunos que ya tienen experiencia te dan la mano. Cuando empecé compartía gastos de habitación con algunos compañeros, y entre todos nos apoyábamos para entrenar. Aunque era poco lo que pagábamos, no había dinero, entonces nuestras familias nos daban lo que podían.

¿A qué edad comenzó su carrera y cómo surgió la idea de dedicarse el resto de su vida a ella?

Corría en la escuela, pero no de manera profesional, sino por diversión. Tres años después de terminar la secundaria pensé que debía retomar eso que me hacía feliz en la escuela y me reuní con un grupo de amigos que ya eran atletas profesionales. Rentamos una casa y cada uno traía algo de comida de su casa y compartíamos. Así fui construyendo mi carrera.

¿Cómo ha sido la relación con su familia? ¿Entre tanto correr y caminar logra verse con ellos?

Ellos han sido un apoyo fundamental. Viajo mucho con mi padre, que también fue atleta. Ahora reciben los frutos de este trabajo: le construí una casa a mis padres, a mis abuelos, hermanos, hermanas, les doy sus escuelas. Estoy inmensamente agradecido.

Antes de venir a Colombia, ¿qué percepción tenía del país?

Sabía que había un país que se llamaba Colombia y que había una Media Maratón en su capital y que debía entrenarme para participar. No sabía nada más.

Es su primera visita a Colombia y a Sudamérica. ¿Qué fue lo primero que pensó al llegar?

¿Por qué no hay negros aquí? (risas).

¿Cuándo regresa a su país y cuál es su próxima meta?

Espero regresar el lunes a Kenia para seguir entrenando y prepararme fuerte para la Maratón de Berlín en busca del récord del mundo.

Cuando está corriendo, ¿qué pasa por su cabeza?

Pienso en el ritmo de la carrera, pongo mucha atención en cómo me estoy sintiendo y también qué tan cansados se ven los otros.

Y cuando usted se cansa mucho, ¿usa una estrategia?

Trato de diagnosticar por qué estoy fatigado, quizás una lesión, un dolor. Trato de regular y manejar bien la respiración y concentrarme en continuar.

¿Cuál es su referente o modelo a seguir en atletismo?

Admiro mucho a Paul Tergat, que fue récord mundial de maratón y tuvo muchos triunfos en el mundo. Sin embargo se retiró temprano. Yo aspiro continuar muchos años más.

Y cuando la vejez tal vez no le permita seguir compitiendo, ¿cómo se ve?

Como un hombre de negocios. Creo que nunca me voy a apartar del atletismo, tal vez sea entrenador o ayude a otros como yo a que cumplan sus sueños.




ISHMAEL LANGAT: "Allá sólo tomamos té a la mañana"  

(Entrevista RESUMIDA de "El Nuevo Diario", de Santiago del Estero)


Ishmael Langat, vive en Argentina

"Nací en la aldea de Kitale, un pueblo agrícola del oeste de Kenia, donde la pobreza es extrema, a un punto que ustedes no pueden ni imaginar”.

"Para un keniata es muy difícil salir del país, aunque es el deseo de todos allá, aunque dejemos a la familia, porque sabemos que desde el exterior podemos ayudar y si nos quedamos allá estamos condenados a vivir la pobreza extrema, en un país que está diezmado por el hambre y el sida”.

A sus 30 años, hace 4 que vive en distintos países de Sudamérica.

"Siento la necesidad de ayudar a la familia, sobre todo a mis sobrinos, a quienes ayudo con la cuota que se paga en mi país para poder estudiar la secundaria. En Kenia la primaria dura 8 años y la secundaria 4 años, que acudí caminando o corriendo los casi 10 kilómetros que separan mi hogar de la escuela, al igual que muchos niños de Ketale”.


En su país natal quedaron sus padres, sus 6 hermanos varones, sus 6 hermanas mujeres y sus numerosos sobrinos.

“Allá solo tomamos té a la mañana, sin azúcar, ya que no hay y el pan prácticamente no se conoce y el resto del día es muy difícil que se vuelva a comer, hasta la noche, donde comemos la comida principal del día a base de maíz o porotos, que son abundantes en la zona, aunque sin carne, que es sólo comida de ricos. El resto de la población, el 98 por ciento de los habitantes sólo comemos carne una vez al mes y no supera el tamaño de una rodaja de limón lo que cada persona puede comer”. 


Kenia, en palabra de keniatas. Eso.


Y para ver, un documental excelente, para ver lo que acabas de leer:

"Kenia, fábrica de campeones"

ACÁ: http://luchorunner.blogspot.com.ar/2013/07/cine-runner-kenia-fabrica-de-atletas.html




GRACIAS POR VENIR

Twitter: @luchorunner


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