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Primera fase: El boceto en la piel. |
Es una mentira piadosa la del tatuador.
Es como la del médico o la del enfermero. Y tal vez, hasta como la del odontólogo.
Cuando te dicen; "no va a doler", te duele un poco.
Cuando te dicen "te va a doler un poco", te duele fuerte.
Y cuando en tono lapidario, grave y "gris" te dicen "Esto va a doler", mejor encomendarse a todas las divinidades que estén libres en ese momento.
El tipo fue hábil para no ser "piadosamente mentioroso".
"Cuando lo rellenas con color, duele?" le pregunté yo. "Después me contás" dijo él y se sumió en el silencio de quién se concentra en lo suyo y no quiere ser molestado, evadiendo una respuesta que tal vez hubiese dolido tanto como el mismo relleno en color. Claro... debe querer conservar la imágen de gran tatuador y de "persona sincera". Simplemente me sumergí en ese silencio compartido y me entregué. Ya sabía la respuesta.
Mi primer tatuaje
Hacía mucho lo había pensado, hacía mucho lo había decidido.
Aunque hasta no hace tanto, me hubiese negado rotundamente a tatuarme. Pienso que la esencia de la gente no cambia, pero sí evoluciona. O involuciona, claro. Yo no sé para qué lado disparé, pero quise hacerlo y punto.
Decidirlo "de grande" y no de adolescente caprichoso, da cuenta de una decisión meditada. De una convicción que se materializa en tintas de colores bajo la piel, y a sabiendas de que será para siempre. Ya nada será igual,
como cuando cruzás una meta de maratón por primera vez en tu vida.
Y como digo siempre, correr no es "sólo correr". Y será que correr ha cambiado sin lugar a dudas mi perspectiva, mi visión con respecto a muchas cosas de la vida. Los que corren saben que no exagero, que correr te enseña de pasión, de paciencia, de disciplina, de persistencia, de solidaridad, de amistad, de equipo, de objetivos cumplidos, de superación... de FELICIDAD. La felicidad de saberse enorme y capaz.
Cómo no tatuarselo?, me dije... y fuí... caminando hacía el local de tatuajes con algo de miedo, pero también con decisión,
como cuando cruzás una meta de maratón por primera vez en tu vida.
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El artista y mis alas
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Por qué un Leopardo?
Si empezamos por lo "superficial", el leopardo es un animal corredor. Uno de los más veloces y bellos.
Pero más allá de eso, que de por sí ya me resulta atractivo, hay muchas cualidades como animal que lo hacen más atractivo aún.
El leopardo ha simbolizado para muchas culturas primitivas y modernas, la fuerza, la velocidad, el coraje, la resistencia. Es bello, como decía arriba, es libre, independiente, viril, territorial, y con un fabuloso sentido de la supervivencia.
Tribus de África (el continente con los mejores corredores de fondo del mundo), representan también las cualidades del cazador con la imágen del leopardo, y lo han usado como figura en leyendas ancestrales.
Por eso un leopardo, síntesis del instinto de correr, y de toda su belleza y poderío animal. Porque me gusta todo eso. Y por la conexión que siento con la naturaleza.
Y abajo el número mágico; 42K. Rodeado por cinco puntos. Uno por cada maratón corrida hasta ahora. En realidad son 4, pero falta muy poco para la quinta y prefiero dejarlo en la piel ahora mismo antes que tener que volver "por un punto más". Esos puntos, como los de Steve Jobs, "que se unen mirando hacia atrás" para tener un sentido.
Epílogo de un gesto de pasión
"Cuando
lo rellenas con color, duele?" le pregunté yo. "Después me contás" dijo
él y se sumió en el silencio de quién se concentra en lo suyo y no
quiere ser molestado, evadiendo una respuesta que tal vez hubiese dolido
tanto como el mismo relleno en color.
Cuatro horas después, con las manos libres, el rostro relajado y mirada pícara me preguntó;
Y?... dolió?
Le respondí;
Ya sabés la respuesta...de todas maneras, lo que siento ahora es
como cuando cruzás una meta de maratón por primera vez en tu vida.
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La obra |
GRACIAS POR VENIR
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